PARA EMPEZAR BIEN LA CATEQUESIS

Son muchos los creyentes que no participan de la Eucaristía dominical ni reciben con regularidad los sacramentos, ni se insertan activamente en la comunidad eclesial. Sin olvidar la importancia de la familia en la iniciación cristiana, este fenómeno nos interpela profundamente a imaginar y organizar nuevas formas de acercamiento a ellos para ayudarles a valorar el sentido de la vida sacramental, de la participación comunitaria y del compromiso ciudadano.
Tenemos un alto porcentaje de católicos sin conciencia de su misión de ser sal y fermento en el mundo, con una identidad cristiana débil y vulnerable».
Sabemos que para responder a este gran desafío, hace falta un encuentro personal y comunitario con Jesús, único capaz de transformar desde lo más hondo la vida de cada persona. Por eso, la catequesis, más que una cuestión de método, es una dimensión de la fidelidad al Señor. Se trata de «poner a disposición de la inteligencia y el corazón la Palabra de Aquel que dio su vida por nosotros.
Así, la catequesis hace resonar en el corazón de todo ser humano una sola llamada siempre renovada: «Sígueme» (Mt 9,9)».

 

Primera Comunión, no.  PRIMERA EUCARISTIA… SI

 

Vida Cristina más que recibir la primera comunión. La intención es “estimular a las Familias  a incorporar las actitudes de Jesucristo de que en cada celebración hagan presentes sus vidas y en sus vidas pongan en práctica lo celebrado.” Por lo tanto, es “una metodología centrada en la experiencia de encuentro con Cristo, para que los Padres puedan adquirir los conocimientos que les permitan expresar y compartir la fe que han recibido de la Iglesia.” Entonces, “mas que interesarse que sus hijos hagan la Primera Comunión, se preocuparán de iniciarlo en la Vida Eucarística.” En la INICIACION CRISTIANA